La vara de la ética quedó muy alta en Uruguay

Luego del episodio que tuvo como protagonista al ex vicepresidente Raúl Sendic y que derivó en su renuncia, los uruguayos comenzaron a poner mayor atención en temas relacionados a la ética en la función pública.

La semana pasada el fiscal del Crimen Organizado Luis Pacheco pidió el procesamiento sin prisión para el ex vicepresidente por los delitos de abuso de funciones y de peculado. Los delitos se cometieron mientras estuvo al frente de Ancap. Además, pidió el procesamiento de otros ocho directores y gerentes.

SI bien resta conocer el fallo de la jueza a cargo de la causa, que se conocerá luego de las audiencias que comenzarán la próxima semana, el tema caló hondo en la opinión pública y desató polémica en el sistema político.

Esta semana también se conoció un informe detallado de gastos que ex directores del Banco República realizaron con tarjetas de crédito corporativa en administraciones anteriores. A raíz de ese informe el ex director del BROU por el Partido Nacional y hombre de confianza del ex presidente Luis Lacalle, Pablo García Pintos, reconoció que realizó extracciones para realizar aportes a la campaña política del partido.

Estos episodios de gasto de dinero estatal para uso personal o para financiar las arcas de los partidos, junto a la contratación de familiares directos en gobiernos departamentales, entre otros casos, desataron polémica y ponen en jaque al sistema político local que hoy está pasando por el peor momento.

Así lo reflejan las encuestas de opinión conocidas en la semana, que por primera vez muestran que el 40% de los uruguayos están indecisos o votarían en blanco o anulado si las elecciones fueran el próximo domingo. A su vez las encuestas presentaron otro dato histórico: por primera vez todos líderes políticos tienen un saldo neto negativo de popularidad, es decir, que la antipatía supera a la simpatía.