El gobierno se enfrenta al nivel de conflictividad más alto desde que asumió, en momentos en que se dispone a revertir, sector por sector, los efectos generados por la crisis sanitaria y en los que se desarrollan las negociaciones por la novena ronda de Consejos de Salarios, luego del período puente planteado en la ronda anterior.
La situación, que afecta sectores claves de la economía como el conflicto en el Puerto, en la distribución de supergás o en la construcción de la planta de UPM, pone a prueba la capacidad de negociación del gobierno y a su vez lo obliga a mostrar la impronta con la que resolverá sus controversias en el ámbito sindical y qué rol asumirá cada parte del gobierno, a la hora de hacer equilibrios entre la vocación de diálogo y la defensa de los intereses del Ejecutivo.
Tanto el presidente Lacalle como el secretario de Presidencia Álvaro Delgado han marcado presencia en momentos de conflictividad, con opiniones generales sobre la naturaleza de las medidas o los intereses de cada parte, sin afectar la vocación de diálogo que intenta el ministro de Trabajo, Pablo Mieres.