El presidente Lacalle cerró una semana de gira oficial por el exterior en la que logró el cometido de poner a Uruguay en la agenda internacional y acercarse, desde su posicionamiento político, a Estados Unidos e Israel.
La semana comenzó con la Cumbre de la Celac en la tan sonada intervención del presidente uruguayo, en que cuestionó a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y provocó el fastidio del mandatario anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, que pretendía avanzar en la institución de la Celac potenciando las coincidencias, con el horizonte puesto en desplazar a la Organización de Estados Americanos.
Ya en Nueva York, a donde el presidente viajó para participar en la 76ª Asamblea General de la ONU, Lacalle aprovechó para afianzar lazos con Israel y definió que Uruguay fuera el único país de latinoamérica que no participara en la conferencia mundial contra el racismo, que Israel califica de antisemita, lo que le valió las críticas de la oposición.